Es habitual no tener del todo claro qué es el coaching, cómo se lleva a cabo y cuáles son sus ventajas. En este artículo te explicamos todo sobre el coaching: en qué consiste, qué herramientas utiliza, qué tipos de coaching hay y sus aplicaciones.
Hay diferentes definiciones del coaching. Según la Escuela Europea de Coaching, es “el arte de hacer preguntas a otras personas para ayudarlas mediante el aprendizaje, la exploración y el descubrimiento de nuevas creencias que tienen como resultado el logro de sus objetivos”.
La International Coach Federation define el coaching como una “relación profesional continuada” que permite la obtención de “resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas”. Es decir, el cliente aumenta su rendimiento, profundiza en su conocimiento y mejora su calidad de vida.
Como cualquier coach, tengo mi propia definición de coaching. Esta tiene un poco de las dos anteriores. Pero para mí esta disciplina profesional incluye un tercer factor que es determinante: el coach debe proporcionar herramientas de coaching concretas al cliente que le permitan, por sí mismo, obtener respuestas y soluciones a sus problemas y dilemas.
Además, el coaching es una forma de entrenamiento en habilidades relacionadas con la comunicación que se pueden aplicar en cualquier contexto social y profesional. De este modo, el coaching fomenta el contacto de la persona con su entorno a través del establecimiento de relaciones más sanas, adecuadas y productivas.
El coaching tiene aplicaciones y utilidades muy diversas. Pero todas ellas tienen una misión en común: la consecución de unos objetivos muy concretos y específicos. Por ejemplo, una de las aplicaciones del coaching sería la mejora de la situación laboral o profesional.
Sin embargo, un concepto tan ambiguo como la mejora de la situación laboral puede tener diferentes interpretaciones para cada uno. Para alguien puede significar conseguir un trabajo mejor remunerado y en el que trabaje menos horas. Para otra persona, esta mejora se puede plasmar en conseguir un trabajo más apasionante y que le entusiasme. Y otra persona puede desear emprender un trabajo por su cuenta en el que no tenga jefes. Por mencionar algunos ejemplos muy típicos.
El coaching sirve, entre otras muchas cosas, para identificar qué quieres y cómo lo quieres. O dicho de otra forma, para definir y concretar qué pequeños logros, de forma conjunta, hacen que alcances el objetivo general que te has marcado.
En segundo lugar, el coaching sirve para aprender a utilizar herramientas útiles que te ayudarán a dar pasos hacia la consecución de los objetivos planteados. El coach, a través de preguntas que fomentan tu propia reflexión, te guía en este proceso para que descubras qué creencias y pensamientos te ayudarán en el camino hacia el éxito.
Es importante no confundir el coaching con otro tipo de servicios y especialidades como la terapia psicológica o el mentoring. Son disciplinas diferentes que usan metodologías diferentes, parten de conocimientos diferentes y tienen finalidades diferentes.
Por un lado, el coach no puede ayudar a un paciente a que supere una patología. Esa labor le corresponde a la terapia psicológica. El coach no debe entrar en ese terreno porque no tiene los conocimientos y habilidades adecuados para ello e incluso puede resultar perjudicial para el paciente. En este artículo descubrirás todas las diferencias entre coaching y terapia psicológica.
Por otro lado, el coaching tampoco sirve para transmitir conocimientos específicos sobre determinados ámbitos profesionales. Esa es una tarea del mentoring. Vistos desde fuera, la barrera entre estos dos servicios puede parecer difusa. Pero son muy diferentes en todos los sentidos. Tanto en cuanto a herramientas como en cuanto al proceso y los objetivos a conseguir. En este artículo descubrirás todas las diferencias entre coaching y mentoring.
Otras especialidades que a menudo se confunden con el coaching son el counseling, la consultoría, la asesoría, el liderazgo o la PNL.
Por último, es muy importante tener claro que el coaching no es la receta milagrosa para la felicidad ni un método rápido para conseguir tus sueños o hacer realidad tus deseos. Tampoco es una técnica secreta para hacerte rico sin trabajar ni la herramienta definitiva para alcanzar el éxito en tu vida
Como hemos avanzado, el coaching ayuda a definir y concretar los objetivos de una forma concisa y realista. Básicamente, el coaching te permite aclarar ideas, averiguar qué quieres realmente en tu vida y qué cambios debes dar para conseguirlo. De este modo podrás establecer unas prioridades y marcarte los pasos a seguir para alcanzar las metas.
Aunque no hay que confundirlo con el empowerment, el coaching es un proceso que empodera. Es decir, uno de los beneficios del coaching es que ayuda a la persona a tomar sus propias decisiones y liderarse a sí misma. En este sentido, el coachee también aprende a tomar responsabilidades y ser autosuficiente.
Un proceso de coaching bien trabajado favorece que el coachee se desprenda de ciertos bloqueos mentales y conecte con su lado más emocional. Esto provoca inevitablemente que descubra nuevas ideas sobre cómo experimentar un cambio. Esta creatividad ha de ser fomentada por el coach desde el inicio abriendo y proporcionando una cantidad muy amplia de opciones, alternativas, variables y nuevas posibilidades para el cliente. En última instancia, este último será quien elija hacia dónde encaminarse.
Uno de los beneficios del coaching que más agradecen los clientes es la capacidad de mejorar sus relaciones personales en cualquier ámbito: familiar, afectivo-sexual, social, laboral, empresarial, etc. Gracias al desarrollo de habilidades de comunicación y habilidades sociales, el cliente de coaching aprende a conectar mejor con las personas, entenderlas, entenderse a sí mismo en su interacción con ellas y expresar mejor sus sentimientos, preocupaciones y deseos.
Otro de los beneficios del coaching es que convierte al coachee en una persona mucho más capaz de adaptarse a su entorno. Para ello, el coaching diferencia claramente las cosas que dependen del cliente de aquello que es externo y no puede controlar. Gracias a ello, el coaching ayuda a elevar la capacidad de adaptación del coachee, así como su predisposición a salir de su zona de confort.
El coaching es también una excelente herramienta de planificación mental. Ayuda al cliente a organizarse y a elegir objetivos viables. Una mala (o inexistente) planificación lleva a las personas a sentir que las cosas se les van de las manos. Que pierden el control. Y eso genera estrés y, en el peor de los casos, una ansiedad incapacitante.
El coaching proporciona recursos organizativos y una estrategia basada en alcanzar una serie de hitos. De este modo, el coachee puede priorizar aquelas acciones y tareas clave que le permitirán conseguir los logros que busca de una forma eficiente. Eso, a su vez, hace que el coachee permanezca relajado, ya que será capaz de visualizar de forma ordenada y práctica hacia dónde va.
Una de las cosas más interesantes del coaching es que sirve para descubrir cuáles son las verdaderas motivaciones de la persona entrenada. Es decir, sirve como detector de aspiraciones, deseos, intereses, ilusiones, anhelos y pasiones. Esto contribuye a elevar los niveles de motivación, ya que la persona puede centrarse en lo que realmente le gusta o le llena como persona. Es así como se pueden establecer objetivos que pongan un poco de orden y ayuden a canalizar esas ganas de hacer cosas.
El coaching, en última instancia, es un proceso que mejora el bienestar emocional. Esto está íntimamente relacionado con el resto de los beneficios mencionados. Cuando un cliente de coaching empieza a mejorar en el resto de los apartados, indirectamente aumenta también su nivel de satisfacción y salud mental.
Aunque no se puede sustituir la terapia psicológica por el coaching, es indudable que este último, bien aplicado, aporta un gran beneficio para el bienestar. La reflexión suscitada por el proceso de coaching es ante todo un acto de introspección y autoanálisis a nivel emocional que permite navegar por nuestras profundidades en búsqueda de aquello que da sentido a nuestras vidas. La consecución de metas, en este sentido, es lo que permite a la persona sentir y contrastar que se está desarrollando personal o profesionalmente. Y por tanto, la hace sentirse más realizada.
El coaching permite modificar creencias limitantes por creencias potenciadoras. ¿Esto qué significa? Que eliminamos pensamientos arraigados que nos impiden avanzar y los intercambiamos por pensamientos que fomentan la acción. Es decir, un coach nos puede ayudar a superar barreras mentales que no surgen del análisis, sino del miedo, la incertidumbre o el desconocimiento.
Para poder definir objetivos de crecimiento personal y establecer un plan de acción, las personas necesitamos conocernos a nosotras mismas. Esto implica hacer una reflexión interna eficaz que conecte con nuestras emociones más íntimas. Un proceso de coaching es precisamente eso. Conseguir que la persona aprenda cosas sobre ella misma que hasta ahora desconocía. Esto revelará información de gran utilidad para trazar el camino hacia el desarrollo personal y la consecución de objetivos.
El coaching se puede clasificar en muchos tipos atendiendo a diferentes factores como los objetivos que persigue, las herramientas que utiliza, el nivel de individualización de las sesiones o los canales de comunicación que se utilizan para llevarlo a cabo.
El coaching se puede utilizar para alcanzar objetivos de toda clase. En función de la tipología general de estos objetivos, encontramos los siguientes tipos de coaching:
El coaching personal es aquel cuya finalidad es alcanzar objetivos de desarrollo personal. Es el tipo de coaching más amplio, ya que el cliente puede desear cambiar en múltiples aspectos. Además, depende de las circunstancias del cliente y de los objetivos específicos que sea capaz de identificar. Estos objetivos pueden ser variados, pero los más habituales son: aprender a relacionarse mejor con los demás, ser más organizado o responsable, comunicarse de una forma más óptima, abandonar la zona de confort, dar un cambio radical a nivel profesional, etc.
Antes de nada, hay que advertir que el coaching nutricional en ningún caso es la alternativa a acudir a un nutricionista para conseguir mantener una dieta sana y equilibrada. Un coach no tiene por qué tener conocimientos sobre nutrición y dietética.
Sin embargo, la ayuda de un coach nutricional puede ser el complemento perfecto al seguimiento de un nutricionista. ¿Por qué? Porque el nutricionista es el especialista que necesitas para saber qué comer y cómo comer para estar sano y el coach nutricional es el especialista adecuado para desarrollar los hábitos y conductas indicados por el nutricionista y que te llevarán a lograr tus objetivos en cuestión de alimentación saludable.
El coaching emocional es un proceso de aprendizaje en el que el cliente aprende a identificar sus emociones, analizarlas y gestionarlas. De forma complementaria, este tipo de coaching guía al individuo a través de sus emociones para que descubra qué quiere ser partiendo de lo que es en el presente y lo que siente.
En este tipo de coaching se establecen metas que tienen que ver con la mejora de la gestión emocional y de la conducta en base a esas emociones. Para ello, el primer paso es delimitar esas emociones, definirlas y averiguar de dónde provienen. En muchos casos, esas emociones provienen de creencias y valores que surgen de una actitud irreflexiva por parte del coachee. La tarea del coach es brindar recursos para identificar esas creencias y valores con el objetivo de desmentirlas, si procede, y trabajar en nuevas creencias que fomenten nuevas actitudes.
Uno de los objetivos del coaching emocional es confrontar los miedos, inseguridades y dudas de las personas y posibilitar que estas desarrollen confianza en sí mismos. Es además uno de los tipos de coaching que más trabajan el autoconocimiento y la inteligencia emocional, lo cual ofrece beneficios en un sinfín de ámbitos de la vida: las relaciones afectivas, el trabajo, la familia, la salud mental, etc.
El coaching de vida consiste en ayudar a una persona a desarrollar la mejor versión de sí misma. Para ello, el coach debe trabajar diversas habilidades en el coachee para que este pueda alcanzar los retos que se le presentan en la vida.
El coaching de vida es una variante del coach personal, pero con la particularidad de que su objeto de aplicación no es algo en particular, sino la persona vista desde un punto de vista integral. Mientras un coach personal suele trabajar uno o varios aspectos de la vida del cliente, en el coaching de vida se trabajan todos los aspectos (o al menos a aquellos de los que se puede ocupar el coaching). Dicho de otro modo, la combinación de todos los tipos de coaching da como resultado el coach de vida.
Es uno de los tipos de coaching más solicitados, ya que los deportistas suelen trabajar por objetivos, algo que comparten con los coaches. Es por ello que la metodología y las herramientas de los coaches se adaptan especialmente bien a los estilos de vida, las expectativas y la clase de propósitos que suelen tener los profesionales del deporte.
Eso no quiere decir que una persona que no se dedica profesionalmente al deporte no pueda contratar este tipo de coaching. Todo lo contrario: el deporte es una parcela importantísima en el desarrollo de cualquier persona. Y por tanto, el coaching deportivo es una excelente manera de conseguir logros deportivos, los cuales, a su vez, aportan grandes aprendizajes que la persona podrá aplicar en diversos ámbitos de su vida además del deporte.
El coaching empresarial es un tipo de coaching que se centra en alcanzar objetivos en el equipo humano de una empresa u organización. Algunos de estos objetivos tienen que ver con la eficiencia del personal, su motivación y compromiso con la organización, su satisfacción en la empresa y su bienestar emocional.
No hay que confundir este tipo de coaching con la consultoría. La consultoría es un proceso que evalúa el estado de una empresa en relación a múltiples aspectos como su situación financiera, la calidad de sus procesos o sus sistemas de gestión. En base a este diagnóstico, la consultoría introduce cambios en la empresa para mejorarla.
En cambio, el coaching empresarial es un entrenamiento que se le ofrece a las personas que forman parte de un equipo para que puedan alcanzar su mayor potencial dentro de la empresa y sentirse satisfechas con su propio trabajo. Sin embargo, el coaching no aconseja ni impone cambios. Simplemente orienta y acompaña a las personas involucradas para que lleguen a sus propias conclusiones. Es un proceso de reflexión individual y colectiva que ayuda a que los miembros de un equipo se desarrollen a sí mismos y aprendan a trabajar en equipo para la consecución de los objetivos empresariales. También es un servicio básico para el desarrollo de habilidades de liderazgo.
Dentro del coaching empresarial existen técnicas más adecuadas para directivos o jefes de equipo. Por ejemplo, aquellas que trabajan competencias como el recién mencionado liderazgo o las destinadas a desarrollar el pensamiento crítico y la visión estratégica. Otras técnicas, más propicias para trabajadores, se enfocan en el aprendizaje de habilidades como la creatividad, la orientación a objetivos o la resolución de problemas.
Es una modalidad del coaching empresarial que busca impulsar el rendimiento bajo la concepción de que las organizaciones se comportan como sistemas vivos. En vez de enfocarse en la mejora individual de cada individuo o de partes aisladas de una organización, el coaching sistémico tiene un enfoque integral.
Eso implica que las técnicas de este tipo de coaching involucran cambios en todos los componentes de una organización, ya que cada uno de ellos influye y está interconectado con todos los demás. Es decir, el coaching sistémico considera que lo que pasa en una parte del sistema afecta a todas las áreas. Y por ello, para alcanzar el máximo potencial de la organización, hay que detonar cambios a todos los niveles.
Si el coaching de vida es la versión integral del coaching personal, el coaching sistémico es la versión integral del coaching empresarial. Por tanto, el coaching sistémico se centra en ayudar a cada miembro de la organización (no solo a equipos aislados) a contribuir al conjunto del sistema para alcanzar un equilibrio global.
Es el coaching que tiene como objetivo la mejora de la situación profesional o laboral de una persona. En este caso, el coach acompaña y apoya a su cliente en todas sus preocupaciones, inquietudes o aspiraciones relacionadas con el trabajo o su vida profesional.
Algunas de las situaciones que pueden llevarte a contratar a un coach profesional o laboral son: dificultad o incapacidad para acceder al mercado de trabajo, insatisfacción con tu trabajo actual, deseo de mejorar a nivel profesional, necesidad de realizar un cambio de profesión, ganas de emprender por tu cuenta, miedo a cambiar de trabajo, etc.
Un proceso de coaching laboral es una gran oportunidad para personas que están desmotivadas profesionalmente, desencantadas con su empresa o que sufren algún tipo de desafección o malestar laboral. También para aquellos que no están insatisfechos con su trabajo actual, pero creen que están anclados en la comodidad y que podrían mejorar y ser más felices profesionalmente.
Así pues, el coaching profesional proporciona herramientas para que el cliente pueda seleccionar qué quiere hacer realmente y avanzar hacia sus objetivos de búsqueda de empleo, transición laboral, elección de nueva carrera profesional o emprendimiento.
Una de las principales ventajas del coaching laboral es que permite redescubrir e incorporar nuevas habilidades que te ayudarán en cualquier proyecto que se te presente. Por ejemplo, habilidades de comunicación y negociación, asertividad, automotivación, organización y planificación.
El coaching creativo es aquel que tiene como objetivo ayudar al coachee a desarrollar sus capacidades creativas o procesos de pensamiento creativo y/o poner orden dentro de su propia creatividad. Por tanto, es un tipo de coaching enfocado a artistas o profesionales con un perfil creativo como redactores, diseñadores, cineastas, publicistas o fotógrafos, entre otros muchos.
La labor del coach en este tipo de entrenamiento es lograr que el cliente adquiera habilidades para acabar con el bloqueo creativo y otros problemas asociados al artista como el síndrome del impostor, la desmotivación o la incapacidad de rentabilizar una actividad artística. A través de este proceso, el cliente aprenderá nuevas herramientas para trabajar la inspiración, la innovación y el desarrollo de las ideas.
Dentro de un contexto empresarial, el coaching creativo es muy útil para explotar la cooperación entre profesionales multidisciplinares con el fin de hallar soluciones creativas e innovadoras a viejos y nuevos problemas. La creatividad se considera una habilidad imprescindible en el actual mercado empresarial por su capacidad para generar valor añadido. Es por ello que el coaching creativo puede ser tan beneficioso para las empresas.
Es el coaching especializado en el ámbito formativo. Su función principal es que el alumno supere sus limitaciones y consiga sus objetivos en el terreno educativo. Para ello, el coach pone en práctica herramientas que permiten desarrollar habilidades relacionadas con el aprendizaje. Dicho muy brevemente: el coaching educativo enseña a aprender.
Las nuevas tecnologías han puesto una cantidad ilimitada de información al alcance de cualquier persona. Sin embargo, el reto principal de los docentes es cómo enseñar a sus alumnos a utilizar y manejar esa información para que se convierta en conocimiento. No vale con saber o tener cultura general. Para desarrollar todo el potencial tienes que saber cómo emplear el acceso a la información para resolver problemas y convertirte en un buen profesional.
El coaching educativo trata de mejorar el rendimiento en vez de asegurar una simple transmisión de información. Es decir, busca cambiar una metodología de enseñanza impositiva o directiva por una metodología reflexiva que permita el crecimiento y el aprendizaje autónomo. Por ello, es habitual que el coach evite palabras como “obligación” y proponga palabras como “implicación”, “compromiso” o “responsabilidad”. Bajo estas condiciones, el alumno se convierte en una persona más motivada, resolutiva y creativa.
El coaching educativo, como todas las variantes de coaching, parte de una escucha en profundidad del alumno tras plantearle preguntas que fomenten su propia reflexión. Sin embargo, al tratarse en muchos casos de un coachee en edad infantil o juvenil, el coaching educativo suele ser más explicativo y pedagógico en sus metodologías y en la formulación de preguntas.
Este tipo de coaching también se aplica a los propios profesores. Estos en muchos casos carecen de herramientas de aprendizaje que puedan enseñar a sus alumnos y desconocen cómo establecer objetivos realistas a la par que estimulantes. Frente a esta realidad, el coaching educativo aporta una serie de habilidades comunicativas y técnicas de enseñanza muy útiles para el sector docente.
Para los profesores, el coaching educativo permite detectar sus propios errores y modificar sus metodologías consecuentemente. De esta manera logran crear entornos educativos más experienciales y enriquecedores en los que se tienen en cuenta los talentos y particularidades de cada alumno por separado.
Hasta ahora hemos visto los tipos de coaching que existen según las áreas de aplicación y los objetivos que se buscan. Pero existe otro modo de clasificar el coaching: de acuerdo con las metodologías y herramientas que se utilizan.
El coaching ontológico es un tipo de coaching muy particular que busca detectar y eludir los obstáculos que le impiden a alguien avanzar, actuar y tomar decisiones y nuevos caminos. Su origen está en el mundo de la interpretación y su premisa es que, para cualquier observador, la realidad siempre es un constructo personal.
El coaching ontológico intenta arrancar sesgos cognitivos y creencias que nos limitan para provocar un cambio de perspectiva. De este modo, el coachee puede abrirse a nuevas posibilidades para crecer a nivel personal o profesional. El coaching ontológico utiliza herramientas que suscitan la reflexión y la toma de conciencia respecto a las interpretaciones que alguien está haciendo sobre su vida. El objetivo en este caso es que el cliente identifique su rango de acción y mejora (qué cosas están a su alcance y qué puede hacer para mejorarlas).
El fin último del coaching ontológico es que la persona sea capaz de decidir quién quiere ser a dónde quiere llegar para acercarse lo máximo posible a su propia definición de felicidad. Por lo tanto, para el éxito de un proceso de coaching ontológico es necesario que el coachee interiorice que son sus acciones, y no las de los demás, las que definen su ser.
Este tipo de coaching se centra en entrenar las capacidades cognitivas del cliente para que desarrolle habilidades que le permitan afrontar problemas prácticos de manera eficaz. La metodología de esta modalidad de coaching se focaliza en entrenar funciones cognitivas como la memoria, el análisis, la observación consciente y el pensamiento crítico.
El coaching cognitivo conductual toma sus bases de la psicología conductista, rama de la psicología que estudia el comportamiento del paciente en base a un esquema estímulo-respuesta. Además, el coaching cognitivo pone énfasis en considerar los procesos mentales que no pueden observarse directamente.
El coaching transpersonal es el que va más allá de la persona. Es decir, adopta una visión holística del ser humano que tiene en consideración simultáneamente al cuerpo, la mente, las emociones y su energía.
Esta modalidad de coaching se basa en la idea de que la evolución de las personas solo es posible cuando asumen la responsabilidad de sus acciones, emociones, pensamientos y palabras de forma conjunta. Considera, de hecho, que son todos estos elementos a la vez los que afectan al tipo de relaciones que desarrollan con las personas de su entorno.
En el coaching transpersonal se trabajan los niveles más profundos de la conciencia emocional de las personas para llegar a una transformación real que se sostenga en el tiempo.
Si no sabes cuál de todos estos tipos de coaching es el que necesitas, puedes contactar conmigo y haremos una primera toma de contacto para averiguarlo.
Es aquel en el que un coach imparte sus sesiones a una sola persona de forma totalmente personalizada. Es el coaching más útil para una persona, ya que recibe toda la atención del coach.
En esta modalidad, el coach se pone al servicio de un grupo que puede ser más o menos numeroso. Normalmente, este tipo de coaching se da en las empresas como una forma de mejorar el rendimiento, la motivación y la satisfacción de los equipos. Por tanto, la decisión de contratarlo suele venir por parte del departamento de recursos humanos o de dirección.
Son sesiones para grupos de entre 3 y 5 personas en las que el coach puede permitirse dedicar una atención personalizada a cada uno de los participantes, pero de forma menos íntima que en el coaching individual.
Por otro lado, en función del canal de comunicación que se utiliza para las sesiones, existen 4 tipos de coaching:
-Coaching en vivo o en persona
-Coaching por videollamada
-Coaching telefónico
-Coaching por correo electrónico
-Coaching por mensajería instantánea
La PNL (Programación Neurolingüística) es un conjunto de técnicas enfocadas a producir cambios positivos de comportamiento en el individuo a través de cambios en su lenguaje.
El coaching con PNL es aquel que utiliza la programación neurolingüística como una de las técnicas principales para facilitar la mejora, el desarrollo y el cambio personal. Habitualmente se usa para abordar aquellos problemas de tipo social, de comunicación y autoconfianza.
La PNL también se aplica como herramienta en el coaching laboral o empresarial para trabajar habilidades como la persuasión, la influencia y el liderazgo.
La rueda de la vida es una herramienta de coaching que sirve para visualizar a través de un diagrama circular los principales componentes que conforman nuestra vida y nuestra satisfacción respecto a ellos.
Algunas de las áreas vitales más importantes que se suelen representar en la rueda de la vida son: salud, amistad, economía, trabajo, yspiritualidad, amor, desarrollo Personal y ocio.
Es una técnica de coaching con la que el coach repite lo expresado por el coachee para asegurarse de que ha entendido bien su punto de vista. Para ello hay que reflejar todas las formas de comunicación utilizadas por el coachee: las palabras, la expresión corporal y la intensidad emocional.
Mediante la reformulación, el coach consigue: transmitir a su cliente que ha comprendido lo que dice y lo que siente, incrementar la empatía con el cliente, aumentar el nivel de cercanía, generar un clima de confianza en el que el cliente se siente respetado y entendido. También permite que el coachee se sienta capaz y seguro para poder expresar estados de ánimo más complejos y poder explorar su mundo interno de forma más profunda. Además, la reformulación es una técnica que potencia la escucha activa por parte del coach.
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Este proyecto está vinculado al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Salud y Bienestar de la Agenda2030 propuesta por las Naciones Unidas