Yo tengo cáncer, no estoy loco. – Le dije a mi madre cuando me propuso hacer una sesión de coaching durante mi tratamiento oncológico. Diez años después soy yo el que recomienda a pacientes con cáncer mejorar su calidad de vida a través del coaching. Tócate las narices… ¡Las vueltas que da la vida!
Soy Diego L. Rodríguez, experto en coaching oncológico y superviviente de cáncer. Hoy voy a resolverte todas tus dudas sobre la importancia del proceso de coaching en oncología. ¿Cómo ayuda el coaching oncológico a superar el cáncer al paciente? ¿Cuál es el proceso emocional que vive un paciente con cáncer? ¿Qué beneficios aporta un proceso de coaching oncológico?
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Por diferentes razones, durante muchos años el cáncer ha sido un tema tabú en la sociedad. En lugar de normalizar la situación, se ha intentado evitar hablar sobre esta enfermedad. Como ya te puedes imaginar, esto no ha favorecido la aceptación y normalización de pacientes con cáncer. Parece que tener cáncer es algo poco habitual y extraño. Parece que si tienes que hacer es un bicho raro. ¡A ver si despabilamos un poco! Para que te quede claro de una vez: solo en España, el cáncer es la segunda causa de muerte más habitual. Llevándolo al extremo, yo suelo decir que tienes las mismas probabilidades de tener cáncer que tenía un constipado.
El coaching oncológico es una derivación de la terapia oncológica. A su vez, la terapia oncológica, nace del concepto psicológico acuñado como “psiconcología”. Esta rama de la psicología estudia el comportamiento y la salud mental del paciente con cáncer y su entorno. Dentro de este amplio campo, el coaching oncológico se centra en los objetivos. Es decir, ayuda al paciente con cáncer a establecer planes de acción que favorezcan su curación. El coaching oncológico pone foco en aquello que depende del paciente con cáncer. En lo que puede controlar. Y en aceptar aquello que no puede controlar.
Como ya he mencionado en otros artículos, cualquier tratamiento oncológico debe constar de tres partes:
Pero volvemos a lo de siempre… el 90 % de los tratamientos oncológicos se centran únicamente en la parte médica. Y esto es un enfoque equivocado. La salud mental del paciente influye en la efectividad de su tratamiento médico. Esta idea está ampliamente validada y aceptada por la comunidad científica. Además, yo he vivido un cáncer. Así que no me hace falta leer ningún artículo para saber que una actitud positiva ayuda al paciente. Igual que un entorno positivo reduce los factores de riesgo. Esto te lo puedes creer o no porque es mi experiencia, no está en ningún libro. Pero como yo lo he vivido, tengo bastante claro que es así.
El coaching oncológico ayuda al paciente con cáncer a gestionar el proceso emocional que vive durante el tratamiento oncológico. Hazme caso, no seas tonto. No pases por este mal trago tú solo. No hagas como hice yo. Iniciar un proceso de coaching oncológico te va ayudar entre otras cosas a gestionar todo esto:
Emociones y cáncer son dos conceptos que van de la mano. Cuando un paciente con cáncer se enfrenta al tratamiento oncológico, sabe en qué va a consistir (más o menos). Pero nadie te cuenta cómo te vas a sentir. Nadie te dice qué proceso emocional vas a vivir. Y te puedo asegurar que es una auténtica montaña rusa. Por eso, he querido ampliar la información sobre ese tema. Para que tengas una guía sobre cómo manejar las emociones que vas a vivir si eres paciente de cáncer.
Como ya te he dicho antes, el propósito del coaching oncológico es sencillo: crear un contexto alrededor del paciente con cáncer que facilite el tratamiento. Es decir, ayuda al paciente con cáncer a gestionar el proceso emocional que vive durante el tratamiento oncológico.
El coaching va de aprender. Así que el coaching oncológico consiste en que el paciente con cáncer obtenga aprendizajes valiosos de la enfermedad. A mi me gusta decir que el cáncer o te mata o te hace más fuerte. El cáncer te cambia la vida. El reto está en apoyarse en el coaching oncológico para que te la cambie a mejor.
¿Conoces el círculo PDCA de Deming? Se podría resumir como un bucle de mejora continua. Es una herramienta de ingeniería muy común en la industria del automóvil. Pues… ¡sorpresa! También es muy útil si la utilizas en un proceso de coaching oncológico con el paciente. Consta de 4 partes:
Durante los primeros días el paciente con cáncer vive un proceso emocional muy convulso. Una vez que empieza el tratamiento, las emociones se estabilizan (más o menos). Esos primeros días donde se recibe la noticia y tu vida cambia de golpe son duros. El coaching oncológico ayuda a gestionar estos momentos críticos a la familia y al propio paciente.
Una vez asumido el cáncer, el proceso emocional suele ser cíclico: el paciente se anima y decae… se anima y decae… Generalmente va asociado a los ciclos del tratamiento. La quimioterapia tiene un efecto devastador no solo a nivel físico, también a nivel psicológico. En este aspecto, el coaching oncológico sirve como paraguas al paciente con cáncer.
Dicen que lo difícil no es llegar, si no mantenerse. ¿Sabiduría popular? Es posible. Pero en este caso, es totalmente cierto. El coaching oncológico ayuda al paciente a estabilizarse y a poner el foco en los objetivos a medio plazo. Ayuda a encontrar al paciente un motivo por el que seguir a delante y no decaer.
Otro de las buenas razones para empezar un proceso de coaching oncológico en paralelo al tratamiento medico es la actitud. Creo que a veces subestimamos el poder de una sonrisa. Una sonrisa también cura, ¿sabes? Sin lugar a duda, una actitud positiva es determinante en el proceso de curación del paciente con cáncer.
Ya sabes qué es el coaching oncológico, de qué se ocupa, su proceso emocional, los objetivos que persigue… ¡qué pedazo de artículo! Ahora solo te falta saber una cosa: ¿a quién va dirigido este tipo de coaching?
El coaching oncológico está hecho por y para el paciente con cáncer. Pero… ¡ojo! Muchas veces es el paciente con cáncer es quien mejor sostiene la situación. Por ejemplo, cuando yo tuve leucemia, recuerdo que mis padres vivieron un proceso emocional más duro que yo. Aunque te suene raro… ¡A veces yo sostenía emocionalmente a mis padres! Y esto es un problema. Porque el paciente ya tiene bastante con aguantar lo suyo, ¿no crees?
El coaching oncológico está hecho para el paciente con cáncer, sí. Pero a veces lo mejor que puedes hacer por el paciente es trabajar con sus padres, sus amigos, su entorno. Otras veces es interesante trabajar con el paciente y sus padres. O con el paciente y su pareja. Piénsalo. Al final el cáncer es un nuevo “invitado” que va a empezar a formar parte de tu vida. Cuanto antes normalices la situación con el resto de tu entorno, antes volverlas a vivir.
Un abrazo de los que mola mazo… ¡y Feliz Navidad!
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Este proyecto está vinculado al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Salud y Bienestar de la Agenda2030 propuesta por las Naciones Unidas