No hagas esto… ¡nunca! Hazme caso. Luego te cuento por qué no es muy recomendable… Seguro que has oído muchas veces hablar del estilo asertivo como estilo de conducta. Aunque es posible que todavía no entiendas realmente cómo ser una persona asertiva. Un adelanto: tiene que ver con respetar los derechos y tener habilidades sociales. Más adelante te cuento en detalles cuales necesitas para tener un estilo asertivo de conducta.
El conceto “conducta asertiva” es uno de los conceptos que, personalmente, me ha costado más de aprender. Los estilos de conducta parecen fáciles, pero entenderlos bien es complicado. Pero que no cunda el pánico, en este artículo te va a quedar claro clarinete. Soy Diego Rodríguez, experto en coaching oncológico y superviviente de cáncer. ¿Cuáles son los estilos de conducta? ¿Qué nuevo estilo de conducta está destrozando la sociedad? ¿Qué estilo de conducta tienes que evitar a toda cosa? Hoy vas a entender muchas cosas.
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Existen tres estilos de conducta que predominan en las personas: conducta pasiva, conducta agresiva y conducta asertiva. De hecho, estoy seguro de que uno de estos 3 estilos de conducta es el tuyo. Lo haces de forma consciente o inconsciente. A veces de forma más sutil y a veces de forma más clara. Pero lo sepas o no, te comunicas usando uno de estos 3 estilos de conducta.
¡Aunque eso no significa que no uses los otros! El estilo de conducta predominante es el que utilizas cuando “no controlas”. Cuando la situación te supera y sale tu instinto más animal.
Lo que muy pocas personas saben es que existe un cuarto estilo de conducta. He de confesarte que no es exactamente un nuevo estilo de conducta. Es una combinación del estilo asertivo, agresivo y pasivo. Pero ¡ojo! Tiene una implicación totalmente diferente en cómo te relacionas con los demás.
La conducta pasiva se puede resumir en esta frase: “yo no tengo derechos y tú sí”. Es necesario que detectes dentro del proceso de coaching si tu cliente tiene este estilo de conducta. El estilo de conducta que predomine en tu coachee es clave para saber cómo se comportará cuando tú no estés.
Si detectas que tu cliente tiene una conducta pasiva, lo primero que tienes que hacer es hacerle consciente. Es fundamental que empiece a respetar sus derechos. Necesita aprender a poner límites al resto. Porque el estilo de conducta pasivo no defiende sus intereses. Todo el mundo “chafa” a esa persona. Y desde ahí es imposible cumplir un plan de coaching (ni de nada, en realidad).
Te voy a ayudar a detectar el estilo de conducta pasivo en una sesión de coaching. Te dejo a continuación las principales características de una persona con conducta pasiva:
Al principio te he dicho que hay un estilo de conducta que debes evitar a toda costa. El estilo de conducta que no está justificado de ninguna de las maneras es la conducta agresiva. Seguro que más de una persona que conoces espabilaría con un par de tortas. Pero intenta no ser tú el que se las dé.
Si la conducta pasiva podía resumirse como “tú tienes derechos y yo no”, el estilo agresivo es justo el contrario. Es el que equilibra la balanza. Se podría resumir así: “yo tengo derechos y tu no”. Sin duda, la conducta agresiva es el estilo de conducta que está menos justificado. Pero no todo es malo, tiene una cosa buena. Un único punto de luz entre tanta oscuridad.
Las personas con un estilo de conducta agresivo predominante tienen una visión buena de sí mismas muy positiva. Es decir, se quiere mucho. Tiene una autoestima elevadísima. Esa es su principal ventaja y desventaja. Ya que están dispuestas a chafar a los demás con tal de imponer su voluntad. Y ahí es cuando la cagan.
Identificar una persona agresiva es bastante más sencillo. Seguro que eres capaz de hacerlo en las primeras sesiones del proceso de coaching. Por si acaso te voy a dar también algunas pautas, porque a veces la agresividad se emplea con sutileza. Pero que no te engañen, sigue siendo una conducta agresiva.
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Fue el psicólogo estadounidense Andrew Salter quien introdujo el termino asertividad en la década de 1940. Al inicio, se pensaba que la conducta asertive era un rasgo característico de la personalidad. Esto implicaba que algunas personas eran asertivas de forma innata y otras no. De hecho, Andrew Salter la definió como “la expresión de los derechos y sentimientos personales”. También la relacionó con el grado de madurez de la persona. Era una habilidad que algunas personas desarrollaban en la edad adulta o no la desarrollaban nunca.
Estudios posteriores demostraron que la definición inicial del estilo de conducta asertivo era incorrecta. La asertividad se puede entrenar y, además, no va ligada a la edad. Es cierto que el nivel de madurez ayuda y facilita un comportamiento más asertivo. Pero incorrecto que un niño no pueda tener una conducta asertiva. De hecho, hay estudios que han verificado que, muchos niños son capaces de poner límites. Tienen de forma natural habilidades sociales que les ayudan a desarrollar habilidades sociales. Curiosamente, muchos niños al crecer dejan de saber hacerlo.
¡Este es el estilo de conducta que quiero que practiques! Esto es lo que quiero que enseñes en tus sesiones de coaching con clientes. La conducta asertiva consiste en defender con firmeza tus ideas pero respetando también las ideas del otro. Es decir: primero te respetas tú y haces que te respeten los demás. Y al mismo tiempo, tú también respetas la opinión del resto. Es fácil, ¡vive y deja vivir! (ya lo decía Timón en El Rey León…)
Como ves, el estilo de conducta asertivo tiene mucho que ver con poner límites. Con saber hasta dónde puedes llegar sin que empieces a sentirte mal y no ir más allá. Ni tampoco dejar que nadie lo haga.
Este estilo de conducta podría resumirse como: “yo respeto mis derechos, respeto tus derechos y tú haces lo mismo conmigo”. A continuación, te muestro técnicas que sin duda van a hacer que mejores tu conducta asertiva:
Ahí va un último consejo para que comiences a tener una conducta asertiva: sé consecuente. Si la cagas, admítelo. Si pones limites demasiado laxos o estrictos, acepta tu error. En resumen, hazte responsable de lo que pasa en tu vida. Deja de culpar a los demás de lo que no te gusta o te sale mal.
¡Felicidades! Ahora ya sabes que estilo de conducta tienes que adoptar ante un conflicto (el asertivo). El tema es… ¿crees que realmente vas a tener una conducta asertiva de forma natural? Ni de coña. Ojalá fuera tan fácil…
La próxima vez que te enfrentes a un conflicto no vas a recordar nada de este artículo. En el momento que la emoción se apodere de ti, vas a actuar como lo haces siempre. Aparecerá tu estilo de conducta predominante.
Para intentar evitar que la situación se apodere de ti voy a regalarte 3 preguntas mágicas. Tres preguntas poderosas de coaching que te ayudarán a controlar a tu bestia interior y reconducir tu estilo de conducta. Si las utilizas, serás capaz de tener una conducta asertiva en los momentos de estrés emocional:
Seguro que piensa que te estoy vacilando, pero no es así. Hablo totalmente en serio. La primera pregunta te enfoca en lo que necesitas pedirle a la otra persona. La segunda identifica los límites que no puede superar la otra persona para no invadir tu espacio. Y la tercera pregunta es clave para generar el contexto emocional adecuado. Un contexto que te permita responder de forma relajada a las preguntas 1 y 2. La pregunta 3 es equivalente a contar hasta 1 millón. El objetivo es que el sistema 1 que dirige tu mente se desactive y se conecte el sistema 2. Tu parte racional.
¡Lo prometido es deuda! Voy a desvelarte cuál es el cuarto estilo de conducta. Un estilo de conducta que cada vez está más presente en la sociedad y la está destruyendo. Y encima lo hace sin darnos cuenta: va de tapado y te clava el cuchillo por la espalda. Este estilo de conducta es el estilo pasivo – agresivo. ¿Sabes por qué es el peor de todos? Porque las personas que lo usan (que cada vez son más) expresan de forma pacífica sintomatología agresiva.
¿Cómo puedes identificar este estilo de conducta en una sesión de coaching? Las mejores amigas de este estilo de conducta son la ironía y el sarcasmo. El ejemplo más claro es cuando alguien parece estar de acuerdo contigo pero te dice: sí, sí está claro… eso es así pero ten en cuenta… bla, bla, bla… y acabo utilizando la ironía a modo de “broma” para desvalorizar tu argumento.
El estilo de conducta pasivo – agresivo representa un problema grave. Hace que la gente siga siendo agresiva pero no vaya de cara. Y el motivo es que la sociedad penaliza una conducta agresiva. El problema es que las personas siguen siéndolo pero hacen daño de formas más sutiles.
Cuando tienes una conducta agresiva liberas energía y recuperas el estado de calma. Pero cuando lo haces de forma pasiva – agresiva, es energía se queda dentro de ti y se convierte rencor. Esto es lo que está pudriendo la sociedad: el rencor. Antes nos enfadábamos y nos partiremos más la cara, sí. Y eso no estaba bien pero después de la tormenta llegaba la calma. Antes solucionábamos los problemas, ahora los enquistamos. Y eso elimina las posibilidades de llegar a acuerdos, aceptar los errores y pedir perdón.
¡Wow! Pedazo de artículo que acabas de leer. Espero que ahora entiendas por qué es tan dañino un estilo de conducta pasivo – asertivo. Y también que te apoyes en las técnicas que te he enseñado para tener un estilo de conducta asertivo.
Ahora necesito ponerme serio un momento. Tengo que contarte algo inquietante. ¿Sabes que cada vez que hablas con otra persona hay una tercera que está escuchando? Y no, no te está espiando el Estado. Es alguien que llevas metido en tu cabeza y te acompaña siempre. Es tu columna izquierda. ¿No sabes todavía lo que es? ¡Pues estate atento al siguiente articulo! Porque te voy a enseñar a eliminar tu columna izquierda. O, al menos, a hacerla callar un rato.
Un abrazo de los que molan mazo… ¡y Feliz Navidad!
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Este proyecto está vinculado al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Salud y Bienestar de la Agenda2030 propuesta por las Naciones Unidas