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💛 Leucemia: diagnosis, síntomas, causas, tratamiento

Leucemia

Lo admito: no lo vi venir, sucedió de repente. Y lo peor de todo es que no fui realmente consciente de lo que significaba hasta que escuché por tercera vez esa maldita palabra: leucemia.

Fue horas más tarde, después de hacerme un análisis de sangre. Yo tenía diecisiete años y estaba a punto de empezar un examen de matemáticas, un examen que no empezaría nunca. Recibí una llamada y mi vida cambió de repente. Las matemáticas dejaron de ser importantes y empezaron a serlo los glóbulos rojos, la médula ósea, la quimioterapia (maldita quimioterapia…). Ya ha llovido mucho desde entonces, nada más y nada menos que diez años.

La leucemia no es algo bonito de recordar, pero si muy importante. Una experiencia que hoy puedo decir que me cambió la vida. Y que ahora me ayuda a cambiar la vida de muchas personas.

Si estás viviendo en estos momentos un cáncer de sangre, seguro que sientes que te falta información. Al menos así es como me sentía yo.

Soy Diego L. Rodríguez, experto en coaching oncológico y superviviente de cáncer. Y mi objetivo en este artículo es resolverte todas las dudas que tengas sobre la leucemia. ¿Cuáles son sus principales síntomas? ¿Qué causas suelen provocarla? ¿Qué tratamientos son los más comunes para tratar un cáncer de sangre?

¿Qué es la leucemia?

Para entender qué es la leucemia, lo primero que necesitas saber es dónde se produce. Este tipo de cáncer empieza dentro de tus huesos: en tu médula ósea.

La prueba más típica para verificar que el tratamiento de quimioterapia está siendo efectivo es sacarte una muestra de médula ósea. Así, el médico se asegura de que tus glóbulos rojos y tus glóbulos blancos están limpios de células cancerosas.

Si nos ponemos técnicos, el término “leucemia” significa “sangre blanca”. Los leucocitos o glóbulos blancos son los encargados de combatir las infecciones de tu cuerpo. En su justa proporción dentro de tu sangre, estas células son muy útiles.

El problema viene cuando tu cuerpo se raya y empieza a fabricar glóbulos blancos en cantidades desproporcionadas. Encima, estos leucocitos no funcionan correctamente e interpretan como infecciones partes sanas de tu cuerpo. Cuando pasa esto puedes decir oficialmente que tienes leucemia.

Aunque es uno de los cánceres con mejor tasa de curación, también puede ser peligroso y mortal. El proceso es el siguiente:

  1. Tu cuerpo produce glóbulos blancos sin parar.
  2. El porcentaje de glóbulos rojos en tu sangre disminuye.
  3. Los glóbulos blancos se propagan por tu cuerpo atacando a órganos sanos pensando que son infecciones.

Tipos de leucemia

Existen dos formas de clasificar una leucemia: en función de la edad celular y del tipo de glóbulos blancos que provoque el cáncer de sangre.

Si utilizamos la primera clasificación descubrimos que puede haber leucemias agudas y leucemias crónicas.

En cambio, si nos centramos en el tipo de glóbulos blancos que provoca esta enfermedad, aparecen leucemia linfoblásticas y mielógenas. Y al combinar estas dos clasificaciones entre ellas obtenemos los cuatro tipos de leucemia que se conocen hasta la fecha.

Leucemia linfocítica /linfoblástica aguda (LLA)

Este fue el tipo de leucemia que tuve yo.

Recuerdo que la doctora estaba muy nerviosa cuando me vio aparecer por la puerta del hospital. Más tarde me enteré de que este tipo de leucemia requiere un tratamiento de quimioterapia rápido e intenso.

De hecho, en este tipo de leucemia es esencial la rapidez con la que se aplique el tratamiento.

Leucemia mielógena /mieloide aguda (LMA)

Igual que la leucemia linfoblástica agua, este tipo de cáncer de sangre requiere un tratamiento con quimioterapia de aplicación inmediata.

La diferencia es únicamente el tipo de glóbulo blanco (mieloide)

Leucemia linfocítica /linfoblástica crónica (LLC)

Las leucemias crónicas se desarrollan a partir de células maduras. Esto es bueno y malo.

Si estás viendo este tipo de leucemia, puedo garantizarte casi al cien por cien que no vas a morirte. El problema es que tampoco vas a curarte nunca del todo. Es decir, vas a tener que convivir con la leucemia.

El motivo es que tu cuerpo va generando los glóbulos blancos de forma progresiva con el paso de los años.

Leucemia mielógena /mieloide crónica (LMC)

Al igual que la leucemia linfoblástica crónica, este tipo de leucemia es más habitual en personas mayores. Mi bisabuela tuvo este tipo de leucemia. ¡Pero tranquilo! Al final se murió de vieja ☺

En qué sujetos puede manifestarse

Niños, adultos y ancianos… Hasta los gatos. Nadie está a salvo de poder sufrir en algún momento de su vida una leucemia.
  • Los niños son más propensos a leucemias agudas con una alta tasa de curación.
  • Los ancianos están más predispuestos a leucemias crónicas.
Los adultos no sé muy bien qué decirte… Están ahí en medio entre niños y personas mayores.

Leucemia en niños

Como yo tenía diecisiete años cuando viví la leucemia, la doctora necesitaba tomar urgentemente una decisión muy importante: ¿tratamiento de adulto o de niño? Como no quería arriesgarse, recibí un tratamiento de quimioterapia equivalente al de un adulto.

Más adelante te contaré que efectos secundarios tuvo esto en mi cuerpo. Secuelas que, por cierto, todavía sigo arrastrando diez años después.

Este tipo de cáncer aparece en edades tempranas porque se relaciona con momentos del crecimiento. Por eso es frecuente en los niños y jovenes. Donde se producen cambios en el material genético de las células (ADN) de la médula ósea. Aunque oficialmente no se conocen las causas que provocan la leucemia.

Leucemia en adultos

Los adultos son un grupo de población que no frecuenta este tipo de enfermedad. Aunque, como he dicho antes, tampoco está a salvo de ella.

Es recomendable realizarse un análisis de sangre al año para evaluar posibles enfermedades como la leucemia.

Leucemia en mascotas

De todas las leucemias más raras que conozco, sin duda la felina se lleva la palma. Ese tipo de leucemia se desarrolla por contagio.

Es peligroso si no se trata, ya que puede provocar en el animal anemia e incluso la muerte.

Síntomas comunes

Cuando iba camino de hacer el examen le dije a mi padre: papá, me siento cansado. Eran las nueve de la mañana así que no tenía mucho sentido mi cansancio. Por eso él me respondió: hijo, espabila que tienes examen de matemáticas. Ahora, los dos sabemos que ese cansancio escondía algo más grave detrás.

Son muchos los síntomas que aparecen como consecuencia de una leucemia. Así que, yo los clasificó de la siguiente forma:

  • Generales: pérdida del apetito, cansancio generalizado, apatía, dolor muscular e incluso fiebre
  • Externos: aparecen en la piel pequeñas pecas rojas (petequias) y hematomas.
  • Internos: infecciones provocadas por el comportamiento anómalo de los glóbulos blancos. Anemia provocada por la falta de glóbulos rojos.

¿Qué pruebas diagnósticas se usan para detectar la leucemia?

¡Que no te vendan la moto! Solo hay una prueba que válida si una persona tiene leucemia. Es la prueba de la médula ósea. En esta operación, el doctor extrae una muestra de tu médula ósea y la analiza. Si tu médula ósea está “limpia”, significa que estás curado. Esta es la única prueba que garantiza que ha superado un cáncer de sangre.

Si es la primera vez que te enfrentas a esta prueba, voy a revelarte un truco: la muestra que necesita extraer el doctor puede obtenerla de diferentes partes. Esto significa que, si le echas cara, puedes evitar que te pinchen en medio del esternón. Yo siempre pedía que me extrajeran la muestra de la cresta iliaca. Me hicieron tantas veces una extracción de médula que tengo callo en el hueso (no es broma…).

Es cierto que hay otras pruebas que ayudan a diagnosticar una leucemia. Por ejemplo, una analítica de sangre te muestra los niveles de hemoglobina y plaquetas. Si tus niveles son extremadamente bajos, cualquier enfermera sabe que pasa algo. Y si es de las veteranas, ya puede incluso anticiparse a un futuro diagnóstico del doctor.

En resumen, hazte una analítica de vez en cuando. Ya sabes lo que dicen: “una vez al año no hace daño”.

Por último, aunque no sean pruebas diagnósticas, tú mismo puedes valorarte. Lo único que tienes que hacer para eso, es apoyarte en los indicadores que te he enseñado en el apartado de síntomas.

Cuanto más conozcas tu cuerpo, más fácil es identificar lo que te pasa. Tu cuerpo es tu templo, es el lugar en el que habitas. Así que es importante cuidarlo y conocerlo.

Factores de riesgo que causan leucemia

La leucemia no es hereditaria. Esto quiero dejarlo claro. Mi bisabuela tuvo leucemia crónica y yo he tenido una leucemia linfoblástica aguda. No tiene nada que ver.

Pero… Es cierto que hay estudios que han demostrado que una persona con antecedentes familiares está más predispuesto a tener este tipo de enfermedades.

Aunque si yo fuera tú, me centraría en evitar los principales factores de riesgo que provocan un cáncer de sangre.
Básicamente, porque tú no controlas tus genes. Pero si tienes gran parte de responsabilidad con lo que decides hacer con tu salud.

Hábitos que tienes que evitar si no quieres desarrollar una leucemia:

  • Fumar. ¿Sabes que los cigarrillos te matan lentamente? Seguro que sí que lo sabías y que no fumas. Pero por si acaso, no está demás que lo recuerdes. ☺
  • Sustancias químicas. ¿Drogas? No exactamente, puedes drogarte tranquilo. Me estoy refiriendo a un líquido con el que estás en contacto a diario: la gasolina. El benceno es un componente químico presente en la gasolina que aumenta las probabilidades de tener leucemia.

 

Además de la carga genética, existen otros factores que también aumentan tus probabilidades de sufrir una leucemia y que son difícilmente evitables:

  • Quimioterapia o radioterapia. Si ya has estado sometido a un proceso de quimioterapia o radioterapia, esto aumenta tu predisposición a tener cáncer de sangre.
  • Trastornos genéticos. Por ejemplo, el síndrome de Down están íntimamente relacionadas con este tipo de enfermedad.

Tratamiento de la leucemia

Si tienes leucemia y has leído hasta aquí, seguro que piensas que te vas a morir. ¡Pero nada más lejos de la realidad! Aunque suene muy catastrófico toda la información de este artículo, lo más probable es que te cures. Como te he dicho antes, la leucemia tiene una gran tasa de curación. Yo mismo soy una prueba viviente de ello. Llevo en remisión completa ocho años. He recuperado mi vida y tú también vas a recuperar la tuya.

Por fortuna hay más de tres mil casos de leucemia al año en España. Y esto vuelve a ser malo y bueno. ¡Ojalá no hubiera ningún caso! Pero que haya muchos casos sí que tiene una cosa buena: también hay mucha gente investigando y desarrollando tratamientos nuevos. Tratamientos que ya están salvando vidas sin pasar por procesos de quimioterapia que te destrozan y te dejan secuelas para siempre. Otro día te cuento de qué van estos tratamientos.

Experimentos aparte, cualquier tratamiento actual enfocado a superar un cáncer consta de tres partes esenciales:

Siento decirte que esto no vas a leerlo en muchos sitios. Me gustaría que si has vivido una leucemia recuerdes tu tratamiento. ¿Cuánta atención psicológica tuviste? Y por tu recuperación física ya ni me atrevo a preguntarte… Es triste, pero es así.

Más del 95% de las pautas que componen el tratamiento de actuación contra la leucemia se centran en la parte médica. Quimioterapia, radioterapia, análisis de sangre, extracciones de médula ósea, trasplantes… ¿te suena todo esto? Seguro que sí.

El tratamiento médico juega un papel determinante en el proceso de curación. Esto es indiscutible. Pero para superar un cáncer y recuperar tu ritmo de vida anterior, necesitas algo más que mucha quimioterapia.

Cada día me encuentro con expacientes y sus familiares que han superado un cáncer pero que todavía lo siguen sufriendo. 

Un cáncer no se acaba el día en el que tu doctor te da él alta. El problema es que el médico (y la sociedad en general) piensan que sí. Si no conoces la ley del olvido, recuérdame que te la explique en otro artículo.

Tratamiento médico

De momento, lo que quiero que sepas es que vas a recibir quimioterapia. Sé que es difícil, pero tienes que relajarte. La quimioterapia no duele (mas o menos).

Imagínate que la quimioterapia es lejía. La lejía quema toda la suciedad que hay en la superficie donde se echa. Pues eso es lo que hace exactamente la quimioterapia en tu cuerpo: te limpia por dentro. En ese proceso de limpieza interior, la quimioterapia va a quemar todo (células malas y buenas).

Después de recibir quimioterapia vas a volver a nacer. Literalmente va a volver a crecerte el pelo, se van a estirar tus huesos y vas a recuperar flexibilidad.

Bueno, en realidad técnicamente no se estiran tus huesos. Lo que sucede es que pierdes densidad mineral ósea (pero la sensación que vas a tener es que te estiras hacia arriba). No te puedo decir exactamente por qué, ya que no soy médico. Pero te aseguro que es así, porque lo he vivido.

En determinados casos también se utiliza la radioterapia, pero no es lo habitual. En caso de que la quimioterapia y la radioterapia no sea efectiva, es posible que te realicen un trasplante de células madre. Este tratamiento es sin duda el más efectivo. El problema que tiene es que tu cuerpo puede rechazarlas y entonces empeora la situación.

Cuidado de tu salud mental

Fundamental. La única forma de curarse a nivel corporal es curarse antes a nivel mental. La salud mental es algo que cada vez se está trabajando más en hospitales. Pero todavía está muy lejos de convertirse en parte del tratamiento.

El paciente, su entorno, su familia… necesitan ayuda psicológica si o si.

Primero, porque el contexto donde se desarrolla la leucemia es mucho más favorable para lograr su curación.

Y segundo, porque si no gestionas con un profesional esta situación, nunca logras superar la leucemia. Te deja tocado para siempre.

Recuperación física

Esto es algo que hace años años parecía impensable y ahora cada vez es más una realidad. Señores, señoras, está demostrado que el deporte favorece la recuperación en cualquier tipo de cáncer, incluido la leucemia. 

Si piensas que el tratamiento con quimioterapia es lo único que interviene en la curación de un cáncer, estás muy equivocado. Cuerpo, mente y espíritu juegan un papel determinante durante y después de superar un cáncer

Apoyo a familiares

Como te he dicho antes, el apoyo al entorno del paciente es fundamental. Juega un papel esencial para superar la leucemia

Cuando estaba ingresado todas las enfermeras se sorprendían de verme tan tranquilo. Yo les decía que ya me había curado (al menos en mi cabeza) y que por esto estaba tan tranquilo. En parte ese era el motivo, pero había otro. Otro que me daba fuerza en mis días malos, en mis días de bajón. 

¿Sabes que motivo me impulsó a curarme? La sonrisa de mi madre. Da igual lo que pasara fuera de mi habitación, mi madre y mi padre entraban a verme con una sonrisa. A veces lo hacían con lágrimas en los ojos, pero siempre sonreían. 

Te puedo garantizar, que el entorno social donde el paciente de cáncer vive su proceso de curación tiene la capacidad de potenciar o de disminuir los efectos del tratamiento médico. 

No pretendo que pienses que te vas a curar por arte de magia, porque entonces los médicos me matarían. Pero si contribuye bastante, doy fe de ello. Recuerda que el cuerpo es un reflejo de tu estado emocional. Y tus emociones están íntimamente relacionadas con tu entorno. 

Cuanto mejor sea la calidad emocional de tu entorno, mejor respuesta tendrá tu cuerpo al tratamiento. 

superviviente de cáncer

Prevención de la leucemia

Sinceramente, intentar prevenir la leucemia es como querer prevenir un accidente de avión antes de un viaje. Si quieres viajar tienes que coger un avión. Y si quieres disfrutar la vida tienes que aceptar que puedes tener leucemia. 

Perdona que sea tan claro, pero es así. Como no se conoce la causa exacta, no existe un tratamiento preventivo para evitar la leucemia. De hecho, mi consejo es que dejes de buscarlo. A mi me suele ocurrir que, cuando dejo de buscar las cosas que quiero, aparecen solas. 

Cuando me detectaron el cáncer de sangre vivía un momento personal difícil. Creo que se juntó todo: problemas físicos agravados por inestabilidad emocional. Recuerdo que empecé a sentirme cada vez más débil. Y, en lugar de escuchar a mi cuerpo, me resistía e intentaba sobreponerme. Igual el no frenar a tiempo fue el detonante de mi leucemia. Quién sabe. 

Es cierto que no puedes hacer nada por prevenir la leucemia. Hasta ahí de acuerdo. Pero si puedes evitar los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de contraer un cáncer de sangre. Así que intenta no arrimarte mucho a fuentes de radiación, no respires mucha gasolina (benceno) y por supuesto, deja el tabaco.

¡Fin! ¿Qué te ha aparecido el articulo? Deseo y espero haber arrojado algo de luz (y un poquito de tranquilidad) en tu camino. 

Si todavía tienes alguna duda que necesites respuesta para quedarte tranquilo, contacta conmigo y te respondo cuando tenga un mini hueco. 

Un abrazo de los que mola mazo… ¡y Feliz Navidad!

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